AI igual que cualquier otro software, los programas maliciosos (también conocidos como malware) están diseñados para comportarse de determinada manera y para cumplir con ciertas funciones específicas pero, cómo no, también tienen limitaciones y fallos de programación. Los efectos de estos programas dependen directamente de la intención de su creador.
Algunos virus antiguos estaban diseñados simplemente para expandirse, pero no acarreaban ningún efecto devastador ni “carga explosiva” alguna. Resultaban un incordio o podían suponer cierta pérdida de información, pero ninguno de ellos trataba de robar datos para usos ilegales posteriores.
Hoy en día, las cosas han cambiado: el objetivo más común en todos los programas maliciosos es el robo de información. Hoy en día, la información equivale a dinero y, afortunadamente para los criminales, la red está rebosante de datos e información de todo tipo.
La mayoría de programas maliciosos son instalados en el ordenador sin que el usuario se percate. Por ejemplo, muchos troyanos son designados como spyware; son instalados sin que el usuario se percate, y así controlan todos sus movimientos diarios, al tiempo que borran cuidadosamente su rastro con la ayuda de programas llamados rootkits. De esta forma, todo parece funcionar correctamente en el ordenador y no hay motivos de sospecha. Una vez
alcanzado el ordenador de la víctima, el criminal puede utilizar la información que encuentra como más le convenga. Así, puede por ejemplo robar la personalidad de la víctima y cometer delitos en su nombre, puede robarle dinero de sus cuentas o puede vender sus datos personales a empresas especializadas en Spam. Por supuesto, supone también una forma de tener acceso libre a la lista de contactos de la víctima.
Los programas spyware son instalados sin que el usuario se percate y así controlan todos sus movimientos diarios.
Principales tipos de malware:
Ataques Hacker, ataques Phishing, ataques ransomware, rogue dialer, spam.
No hay comentarios:
Publicar un comentario